jueves, 16 de septiembre de 2021

Doctrina social: Cristo vence a la bestia

 Compendio de la Doctrina social del la Iglesia: La Bestia del Apocalipsis

382 Cuando el poder humano se extralimita del orden querido por Dios, se auto-diviniza y reclama absoluta sumisión: se convierte entonces en la Bestia del Apocalipsis, imagen del poder imperial perseguidor, ebrio de « la sangre de los santos y la sangre de los mártires de Jesús » (Ap 17,6). La Bestia tiene a su servicio al « falso profeta » (Ap 19,20), que mueve a los hombres a adorarla con portentos que seducen. 



Esta visión señala proféticamente todas las insidias usadas por Satanás para gobernar a los hombres, insinuándose en su espíritu con la mentira. Pero Cristo es el Cordero Vencedor de todo poder que en el curso de la historia humana se absolutiza. Frente a este poder, San Juan recomienda la resistencia de los mártires: de este modo los creyentes dan testimonio de que el poder corrupto y satánico ha sido vencido, porque no tiene ninguna influencia sobre ellos.

383 La Iglesia anuncia que Cristo, vencedor de la muerte, reina sobre el universo que Él mismo ha rescatado. Su Reino incluye también el tiempo presente y terminará sólo cuando todo será consignado al Padre y la historia humana se concluirá con el juicio final (cf. 1 Co 15,20-28) [...].

martes, 7 de septiembre de 2021

Objeción de conciencia

  Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: Objeción de conciencia


399 El ciudadano no está obligado en conciencia a seguir las prescripciones de las autoridades civiles si éstas son contrarias a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio.820 Las leyes injustas colocan a la persona moralmente recta ante dramáticos problemas de conciencia: cuando son llamados a colaborar en acciones moralmente ilícitas, tienen la obligación de negarse.821 Además de ser un deber moral, este rechazo es también un derecho humano elemental que, precisamente por ser tal, la misma ley civil debe reconocer y proteger: « Quien recurre a la objeción de conciencia debe estar a salvo no sólo de sanciones penales, sino también de cualquier daño en el plano legal, disciplinar, económico y profesional ».822


 
Es un grave deber de conciencia no prestar colaboración, ni siquiera formal, a aquellas prácticas que, aun siendo admitidas por la legislación civil, están en contraste con la ley de Dios. Tal cooperación, en efecto, no puede ser jamás justificada, ni invocando el respeto de la libertad de otros, ni apoyándose en el hecho de que es prevista y requerida por la ley civil. Nadie puede sustraerse jamás a la responsabilidad moral de los actos realizados y sobre esta responsabilidad cada uno será juzgado por Dios mismo (cf. Rm 2,6; 14,12).


820 Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2242. 

821 Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae, 73: AAS 87 (1995) 486-487.

822 Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae, 74: AAS 87 (1995) 488.

La última prueba de la Iglesia

Catecismo de la Iglesia Católica: la última prueba de la Iglesia 

 675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).


 676 Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso" (cf. Pío XI, carta enc. Divini Redemptoris, condenando "los errores presentados bajo un falso sentido místico" "de esta especie de falseada redención de los más humildes"; GS 20-21). 

 677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).

miércoles, 11 de agosto de 2021

Cambios climáticos y ecologismos

 Hay que aclarar que es normal que la Iglesia se pronuncie sobre ecología. Bastantes Papas lo han hecho durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI. Es normal una sana preocupación cristiana, ya que Dios nos ha hecho custodios de la creación, y debemos respetarla. De lo contrario sería como si un padre rico regalara una mansión a sus hijos y éstos comportándose como malcriados, la destrozaran.

Pero la problemática comienza cuando se cae en una ideología ecológica manipuladora. Aunque se pueden dar contaminaciones en nuestro planeta, del cambio climático se dicen e imponen muchas sentencias categóricas que a menudo no cuentan con consenso científico. Y es que hay mucho negocio e ingeniería social de por medio, (como estamos viendo que a veces ocurre con la nueva enfermedad) a golpe de miedo y terrorismo informativo.

Son las curiosas pautas del terror que nos imponen. Por ejemplo temas, que si bien sin duda, tenían una base de realidad y peligro, sospecho que se instrumentalizaron para asustar más de la cuenta:

- Recuerdo cuando era niño, en los 80, muchos crecimos aterrorizados por los supuestos agujeros de la capa de ozono, que decían, eran cada vez más y más grandes. A finales de los 90, empezaron a decir que se había descubierto que estos se regeneraban, y ¡tachán! de repente, después de años, se dejó de hablar de esto. Se había pasado la moda de asustar con este tema.

- También ocurrió con la idea de que las omnipresentes bombas nucleares hicieran estallar el planeta. Se dejó de hablar de esto, se había pasado la moda.

- Las vacas locas, el  A (H1N1) del 2009, que quedó en casi nada, pero se hizo en negocio de vender millones de vacunas, el évola... 

Pero, al menos, con estos temas pasados, generalmente no se caía en la última desvergüenza: culpar al ciudadano. 

Ahora se repite el mantra mentiroso en los medios de comunicación que todos tenemos la culpa de la contaminación, hasta el punto de que mucha gente se lo ha tragado y lo repiten por las calles.

Como cristiano, defiendo que tenemos que reconocer las culpas personales, no tengo problema. Siempre y cuando sea verdad y no una falsedad inventada. Eso de que "todos contaminamos" es una falacia fácilmente demostrable:

Por ejemplo, el problema del plástico: resulta que el plástico, por ejemplo de los envases de alimentos y embotellados, al tirarlos a la basura, a veces terminan en el mar, y el plástico puede permanecer ahí hasta 500 años. Esto, que yo sepa, se empezó a decir hace unos pocos años, ya podían haber avisado antes los expertos. Muchas personas hemos bebido agua embotellada toda la vida, bien por no ser el agua potable, o por no tener las cañerías de casa en condiciones. Ahora resulta que somos malos, según algunas cadenas de tv, que nos quieren convencer de beber del grifo. Hay lugares en los que el agua del grifo no es potable ¿Y si donde vivimos no lo es, o las tuberías están mal, qué hacemos? ¿Intoxicarnos?

No conozco a nadie que no recicle tirando los plásticos en sus respectivos contenedores. Estoy de acuerdo en que se deje de contaminar con plásticos, pero para arreglar los problemas hay que ir a la raíz.

El problema no es de los ciudadanos, es de la políticas que no regulan responsablemente y de las grandes compañías que fabrican el plástico, que saben que tienen un negocio fantástico y no le da la gana de dejar el plástico de lado. Es de sobra conocido que existen materiales biodegradables para los envases y apenas lo hacen, supongo que por que no les da la gana.

Además hay gente talentosa que han inventado sistemas y maquinarias de recogida de basura marítima muy eficaces. ¿Se están aplicando?

Y lo mismo que con el plástico, hacen con los deshechos tecnológicos (ordenadores y teléfonos rotos etc...) La culpa no es del ciudadano, que pongan unas buenas políticas de sistema de recogida de deshechos tecnológicos.

Hay unos pocos casos en los que los ciudadanos tenemos que ser responsables: reciclar, no ensuciar espacios naturales, etc... ¿El resto? Eso se tiene que resolver desde acuerdos internacionales y desde las empresas multinacionales.

Lo que buscan los ingenieros sociales es inculcar en nuestras mentes la falsedad de que somos un virus maligno para el planeta y que hay superpoblación para así justificar el negocio del aborto, la eutanasia, y en algunos casos, no digo que sea en todos, tal vez... ¿"soluciones en jeringa"?. 

Así reducen la población mundial a su gusto, según los números que ellos consideran "buenos " para el planeta.

Aquí lo que hay es mucha pseudomística "nueva era" naturalista de gaia, la supuesta madre tierra, pachamamas, etc... Quieren crear una nueva moralidad y "pecados" social-buenistas que sustituyan a los 10 mandamientos. 

A mí que no me endilguen pseudomaldades baratas, que bastante tengo ya que luchar contra mis pecados habituales. 

IFC


Catecismo: libertad


 

martes, 3 de agosto de 2021

Un llamamiento a jueces, abogados y sanitarios valientes.

"¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!" Santa Catalina de Siena.

Pero, ¿es qué no nos damos cuenta de qué esto no va de negar la enfermedad? ¿No nos damos cuenta de que esto es el inicio de una dictadura mundial con todas sus agendas 2020, 2030, 2045, etc...? Hoy te obligan a una cosa, cedemos como flojos por no complicarnos la vida, y mañana serán muchas cosas más. Señores, ¡que esto lo están anunciando públicamente en sus propias webs oficiales muchos organismos internacionales!! Ya hace cinco años el FMI decía: "en 2030 no tendrás nada y serás feliz". ¡Ingeniería social pura y dura!

"Es por tu bien y el de toda la sociedad" ¡Cuantos totalitarismos y dictaduras se instauraron bajo estas premisas!

Están utilizando el miedo a la enfermedad para intentar obligar a todo el mundo a vacunarse, hacer todo tipo de cambios sociales, y legislar para conseguir todo tipo de restricciones de nuestras libertades.

Por ejemplo, el presidente de Filipinas va a condenar al ostracismo a sus ciudadanos no vacunados, y hasta los amenaza con cárcel. Incluso las personas no vacunadas tendrían prohibido comprar alimentos en una localidad filipina. 
 
En diferentes lugares del mundo están apareciendo focos gubernamentales cada vez agresivos contra los no vacunados. El hecho de que las autoridades amenacen en algunos lugares con matar de hambre a la gente, demuestran que no les importa la salud de las personas, y que sólo buscan dominar a golpe de decreto ley para sacar adelante sus agendas mundiales.

Pero, ¿es que nadie está notando algo raro en todo esto? ¿es que no tenemos sangre en las venas? ¡Que tragaderas! 

Todos los ciudadanos debemos de hacer algo, pero  jueces, abogados y sanitarios están en primera línea. Son ellos los que entienden de leyes y medidas sanitarias. Son muy pocos los que se están pronunciando, hay que echarle más valentía a esto.

Respecto a los que somos católicos decir que la doctrina social de la Iglesia contempla la resistencia a la tiranía y las leyes injustas. Hay que organizarse y agotar todas las posibilidades: poner las denuncias que haga falta, huelgas, manifestaciones pacíficas, desobediencia a leyes tiránicas e inmorales, etc.

IFC

lunes, 2 de agosto de 2021

San Ambrosio de Milán: alegres

 San Ambrosio de Milán, Tratado sobre la carta a los Filipenses (PLS 1, 617-618) 


 Estad siempre alegres en el Señor Como acabáis de escuchar en la lectura de hoy, amados hermanos, la misericordia divina, para bien de nuestras almas, nos llama a los goces de la felicidad eterna mediante aquellas palabras del Apóstol: Estad siempre alegres en el Señor. Las alegrías de este mundo conducen a la tristeza eterna; en cambio, las alegrías que son' según la voluntad de Dios durarán siempre y conducirán a los goces eternos a quienes en ellas perseveren. Por ello añade el Apóstol: Os lo repito, estad alegres.

 Se nos exhorta a que nuestra alegría, según Dios y según el cumplimiento de sus mandatos, se acreciente cada día más y más, pues cuanto más nos esforcemos en este mundo por vivir entregados al cumplimiento de los mandatos divinos, tanto más felices seremos en la otra vida y tanto mayor será nuestra gloria ante Dios.


Que vuestra mesura la conozca todo el mundo, es decir, que vuestra santidad de vida sea patente no sólo ante Dios, sino también ante los hombres; así seréis ejemplo de modestia y sobriedad para todos los que en la tierra conviven con vosotros y vendréis a ser también como una imagen del bien obrar ante Dios y ante los hombres. 

El Señor está cerca. Nada os preocupe: el Señor está siempre cerca de los que lo invocan sinceramente, es decir, de los que acuden a él con fe recta, esperanza firme y caridad perfecta; él sabe, en efecto, lo que vosotros necesitáis ya antes de que se lo pidáis; él está siempre dispuesto a venir en ayuda de las necesidades de quienes lo sirven fielmente. Por ello, no debemos preocuparnos desmesuradamente ante los males que pudieran sobrevenirnos, pues sabemos que Dios, nuestro defensor, no está lejos de nosotros, según aquello que se dice en el salmo: El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor. Si nosotros procuramos observar lo que él nos manda, él no tardará en darnos lo que prometió. 

 En toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios, no sea que, afligidos por la tribulación, nuestras peticiones sean hechas –Dios no lo permita– con tristeza o estén mezcladas con murmuraciones; antes, por el contrario, oremos con paciencia y alegría, dando constantemente gracias a Dios por todo.

viernes, 30 de julio de 2021

Compendio del catecismo: la libertad

 Compendio del Catecismo de la Iglesia.

365. ¿Por qué todo hombre tiene derecho al ejercicio de su libertad? 
 
1738 
1747

 El derecho al ejercicio de la libertad es propio de todo hombre, en cuanto resulta inseparable de su dignidad de persona humana. Este derecho ha de ser siempre respetado, especialmente en el campo moral y religioso, y debe ser civilmente reconocido y tutelado, dentro de los límites del bien común y del justo orden público.

Catecismo: respetar la conciencia

 Catecismo de la Iglesia Católica.

1782 El hombre tiene el derecho de actuar en conciencia y en libertad a fin de tomar personalmente las decisiones morales. “No debe ser obligado a actuar contra su conciencia. Ni se le debe impedir que actúe según su conciencia, sobre todo en materia religiosa” (DH 3)

(Aclaración: El Catecismo también aclara que hay que formar bien la conciencia para no caer en el error).

miércoles, 28 de julio de 2021

"El bicho" y el "antídoto" en jeringa

Perdonadme la vehemencia, pero estoy harto.

Estoy sorprendido por la división que está generando en la sociedad el tema de la vacuna experimental. Quien vea conveniente ponérsela que haga lo que le diga su conciencia, y quien no quiera que lo dejen en paz. Hay personas (conozco casos)  que se la han puesto y dan positivo. Incluso enferman, pueden contagiar y mueren. Pero claro, si no te la quieres poner resulta que eres un malnacido que no obedece a "papá estado", se te presionará y no se te permitirá entrar a cualquier lugar sin un pasaporte.

Sí señores, ¡el nazismo vuelve a estar de moda! Supongo que lo próximo es construir campos de concentración para los no vacunados. Lo que ayer eran los judíos, los enfermos mentales, los homosexuales y los gitanos, hoy es el que no se quiere vacunar. 

¡Tanta democracia y libertad! ¡Tanta tolerancia y tanto diálogo con que se les llenaba la boca! Palabras vacías. Hasta hay algunos países en los que el gobierno se permite amenazar con el ostracismo a los ciudadanos que no se dejan inocular.

Esto que estamos padeciendo no va tanto de salud como de ingeniería social. Ahí es donde está el verdadero peligro. Quieren cambiarlo todo a nivel mundial.


Y no, no es conspiranoia, es conspiración, que es distinto. Cualquiera que haya estudiado la historia universal sabe que siempre ha habido conspiraciones. La hubo políticamente desde siempre en todas las sociedades. En la antigua Grecia, en el antiguo Egipto, y en la antigua Roma... Antes era un reyezuelo gobernando el pueblo de turno, un emperador controlando un país...

Nada raro, nada nuevo bajo el sol. La diferencia es que ahora con las nuevas comunicaciones y tecnologías el planeta se ha vuelto como un pueblo pequeño y los oligarcas, los ingenieros sociales quieren controlarlo con una dictadura mundial. Está clarísimo para el que lo quiera ver. Creen que pueden disponer del ser humano a su antojo, e incluso modificarlo con tecnologías transhumanistas. Tampoco es tan raro, si tenemos en cuenta que muchos de estos grupos poderosos son gnósticos luciferinos.

Todo esto que está pasando parece venir del diablo (del griego diabolos, que significa divisor) que como nos enseñó Jesucristo, es mentiroso y homicida desde el principio (san Juan 8, 44) . Y aquí están sus frutos: muerte y mentiras en la sociedad. Pero Cristo le aplastará del todo la cabeza (Génesis 3, 15) (Romanos 16, 29).

El que quiera vacunarse que lo haga, sólo digo que se deje en paz al que no quiera hacerlo. Además el vaticano emitió un documento diciendo que, aunque tal vez pudiera ser recomendable, no estamos obligados y que actuemos según nuestra conciencia. 

Oremos por la unidad de los cristianos. 

Ha habido también sacerdotes que durante esta pandemia han sido muy valientes administrando los últimos sacramentos y no arredrándose ante restricciones injustas. Es de justicia reconocerlo.

Recomiendo recordar tantos ejemplos de cristianos en épocas de pestes y lepras: san Francisco de Asís, santa Catalina de Siena, san Camilo de Lelis, san Martín de Porres, san Luis Gonzaga, San Juan Bosco, etc... atendiendo enfermos, administrando los últimos sacramentos, arriesgando sus vidas a pecho descubierto y pertrechados con la fe. Sobran ejemplos de hombres y mujeres así en la Iglesia Católica. ¿Qué pasa? Que en esta generación vamos a ser unos cobardes y unos blandengues? ¡Eso nunca! 

Es enseñanza del Evangelio y práctica de la Iglesia el ser buenos ciudadanos y respetar el orden social de los gobernantes, así como orar por ellos (1 Timoteo 2, 1-2). Pero también lo es que no hay que acatar leyes injustas. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5, 27-29).

"Que el injusto siga cometiendo injusticias y el manchado siga manchándose; que el justo siga practicando la justicia y el santo siga santificándose. Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa  conmigo  para pagar a cada uno según su trabajo. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin. Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la Vida y entrarán por las puertas en la Ciudad". Apocalípsis 22, 11-15

Que nadie se desamine, Dios solucionará todo esto a su tiempo. Probablemente más pronto que tarde. Estemos en vela.

IFC.

martes, 27 de julio de 2021

La vida no es una fiesta perpetua

 Vaya por delante que la sana celebración y la sana distracción es buena. Todos lo necesitamos para salir de situaciones de angustia o de bloqueo. Hasta Jesús y los apóstoles tenían sus momentos de sano esparcimiento en sus largas y agotadoras jornadas de ministerio publico. Grandes teólogos y santos como santo Tomás de Aquino trataron en sus páginas sobre la sana y necesaria diversión.

El problema viene cuando empezamos con las exageraciones. Hace ya muchos años que vengo observando que un alto porcentaje de la sociedad está absolutamente convencida de que el único objetivo en la vida es la fiesta y la diversión perpetua. Hedonismo, materialismo, que si "carpe diem" que si "vivir la vida a tope", bailes y coreografías, vivir con obsesión por el cuerpo y por el vestido, como en una pasarela de modelos, viajes continuos...y todo esto refrendado con las fotos y vídeos en las redes sociales para que se vea lo hipócritamente felices que somos y la bacanal continua en la que vivimos.

La vida no va de esto. Ya los filósofos paganos advertían sobre esta boba interpretación de la vida nos distrae de nuestros objetivos reales. 

Y luego el cristianismo nos avisa de forma total y perfecta. Aquí sólo algunos versículos del Nuevo Testamento:

"Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez" San lucas 8, 14.

"Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles". San Lucas 9, 24-26

 "Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?” Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.» Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido;" San Lucas 12, 20-23.

"Como en pleno día, procedamos con decoro: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias.  Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias". Romanos 13, 13-14.

Los Padres de la Iglesia dijeron:

"El que se convierte a Dios no pierde los placeres, sino que los cambia: no porque ya es efectivamente feliz, sino porque su esperanza es tan cierta que la debe preferir a todos los bienes del mundo". (S. Agust., Salm., ibid., sent. 119, Tric. t. 7, p. 465.)"

"Todas las cosas arrebatan la velocidad de los momentos que vuelan y pasan, y continuamente corre el rápido torrente de las cosas del mundo". (S. Agustín, Psalm. 38, sent. 46, Tric. T. 7, p. 458.)"

[...] ¡Ay de aquellos que pretenden que las tinieblas pasen por luz, y la luz por tinieblas! Yo quisiera que estos ignorantes y descarados que hablan así me dijesen: ¿En qué lugar de la Escritura se halla que es permitido al cristiano ocuparse en todas esas diversiones? ¿Qué Evangelios han enseñado Jamás, que puedan vivir los cristianos con tan poca gravedad y modestia? Por otra parte, escritos están en el cielo los pactos y promesas que hicimos en el Bautismo, la renuncia de Satanás y la alianza con Jesucristo. Algún día se nos harán presente en el juicio todas nuestras obras, palabras y pensamientos, las distracciones y risas disolutas y, en una palabra, todo cuanto no se conforma con la profesión de un cristiano. (Fragmento tomado de S. Juan Crisóst., Serm. de Peccato proph., sent. 248, Tric. T. 6, p. 350.)"

"El mandamiento de Dios a Abraham para que saliese de su país, de su familia y de la casa de su padre, significa que debemos salir de nosotros mismos; esto es, de nuestros vicios y de nuestros malos hábitos, para no deleitarnos sino en bien obrar con las prácticas de las virtudes". (S. Cesáreo de Arles, Serm. 1, T. 5, sent. 1, Tric. T. 9, p. 44.)"

En resumen, el materialismo y el hedonismo llevan a la idolatrar el bullicio fiestero y la agitación irreflexiva, que  muchas veces encubre una huida de Dios, de la realidad, de nosotros mismos, del prójimo, de nuestra salud espiritual y de nuestra propia misión en la vida.

IFC